La cabeza de los delfines contiene el melón, un órgano redondo usado para la ecolocalización. En muchas especies las mandíbulas alargadas forman un pico distintivo, como el delfín nariz de botella (Tursiops truncatus) cuya boca curvada simula una sonrisa, y otras especies pueden llegar a tener hasta 250 dientes. El cerebro del delfín es grande y muy complejo, diferente de la estructura de la de la mayoría de los mamíferos terrestres y es considerado como uno de los animales más inteligentes de la Tierra.
La mayoría de los delfines tienen la vista muy desarrollada, tanto dentro como fuera del agua, y pueden oír frecuencias diez veces o más por encima del límite superior del oído humano adulto. El sentido del tacto del delfín también está muy desarrollado, con densas terminaciones nerviosas en la piel, especialmente alrededor del hocico, las aletas pectorales y la zona genital. Sin embargo los delfines carecen de un nervio olfativo se cree que no tienen sentido del olfato. Eso sí, tienen sentido del gusto ymuestran preferencias por ciertos tipos de alimentos.
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