De Chef-Cocinero a
Educador-Comunicador (por Yolanda)
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Martiniano Molina- Chef |
Martiniano Molina diseñó el mismo su propia casa. Le tomó seis meses construirla, con chapas, cañas y madera. Desde 2007, vive allí, cuando cambió su carrera de chef muy mediático. Cuando se acercó a la
antroposofía (1). Cuando renunció a los grandes contratos y decidió invertir su tiempo y su dinero en escuelas, ONG y granjas orgánicas.
Ahí están su huerta, sus dos perros callejeros, la pileta a medio construir.Del otro lado el río, la ribera de Quilmes, donde los fines de semana la gente de las villas cercanas se reúne a hacer asaditos, a escuchar cumbia y, si hace calor, a nadar, sin importarle la contaminación. A Martiniano sí le importa. Pero cada tanto se mete en el río y practica kite surf.
Su novia rosarina, Ileana Luetic es periodista del noticiero de Canal 3, es su compañía, desde hace poco tiempo, y quien quizás pronto se convertirá en su conviviente y colaboradora permanente. La cocina, con su horno y su mesada de mármol, está integrada al living. Sobre una mesa, hay una pata de jamón crudo, una guitarra criolla, un telescopio, un vitraux. No hay televisión, ni aire acondicionado. Proyectan, ya instalar Wi-fi. Tal vez entonces Martiniano pueda entrar a su casilla de mail que, asegura, existe, pero jamás chequeó.
En el living comedor de Martiniano Molina hay dos portarretratos. Una f
oto familiar y otra, en primer plano, blanco y negro, del
Gato Dumas.
El jamón que se ve sobre la mesada es un regalo de un evento que hizo en Tandil. Convida a su entrevistador con el jamón y relata que el día anterior amasaron pan negro con Ileana. Lo corta en rodajas, prende la hornalla y pone a calentar un cuenco de hierro. “Como jamón”, aclara, “no soy vegetariano todavía”.
Fue uno de los referentes de la camada de cocineros mediáticos que surgió en la década de 2000. Ex jugador de handball, desertor de la carrera de psicología, trascendió en la cocina de la mano del Gato Dumas, con quien fundó la
Escuela de Cocineros Gato Dumas, para luego abrirse del proyecto, tras su muerte en 2004. Esa sería la primera de una serie de renuncias que lo llevaron a desaparecer de las primeras planas. Dejó el
Canal Gourmet, la revista dominical de
La Nación, el programa
Cocineros Argentinos y su vínculo con la marca
Casancrem, de la cual fue cara visible durante seis años.
Explicó que cambió sus éxitos con Casancrem, por los
productos orgánicos, ya que mutó fundamentalmente su manera de pensar y concebir la vida
Actualmente trata de no incorporar esos alimentos a su vida, más allá de que la gente crea que son sanos. Si se piensa cómo se hacen los lácteos y en general los alimentos de las góndolas, hay una diferenciación muy grande desde el origen, con incorporación de químicos y conservantes. Por eso tomó la decisión de, primero, plantearle a la empresa que haga un cambio, de hacer una línea más natural y orgánica. No lo hicieron en el tiempo esperado...
También su retiro de La Nación...fue por lo mismo. Era una línea de cosas que Martiniano ya había dejado, como la cocina a las brasas. No es que hoy no cocine carne, pero lo hace mucho menos. Reitera no ser vegetariano, pero cocina un poco más equilibrado. Y aspira a difundir una alimentación a base de cereales, semillas y vegetales, si son de una huerta, mejor.
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Martiniano, en la actualidad |
Fue difícil entender sus renuncias. Pocos lo pueden entender. Pero sabe, está convencido, que médicos, pediatras, odontólogos, si lo entenderán en su postura antroposófica, Esto es la conexión con lo orgánico, lo natural, lo espiritual, el no a los químicos y conservantres. En una palabra el volver a nuestros orígenes.
Al no encontrar aceptación inmediata y coincidencia con otros canales, ingresó a
Canal Encuentro
Ahora conduce
Manifiesto de la Tierra, donde prepara platos comunitarios y muestra cómo se cultiva en diferentes zonas del país. Ahora escribe para la revista
Así Vivimos, colabora con cuatro granjas comunitarias y con cuatro ministerios. Quiere cambiar las leyes que regulan la alimentación en las escuelas. También trabaja para
Aerolíneas Argentinas y para la línea de
Cruceros MSC. Ahora ceba un mate. Quita la grasa del jamón. Ahora abre la heladera y saca una horma de queso Gouda (“lo hacen unos amigos”) y se dispone a cortarlo en fetas. En su heladera, hay ahora, un calendario de panadería, un delivery de productos orgánicos, un souvenir del último cumpleaños de su hija Violeta (de 9 años) y una cruz.
A la pregunta si al ser lo orgánioco un producto más caro, no puede ser popular, Martiniano aclara que su huerta le sale cero pesos y la hace el mismo, al igual que sus semillas. El compost (o abono) también lo prepara con los desechos orgánicos (restos de vegetales)
Da charlas hasta a los gerentes de Unilever. Un gran porcentaje de las enfermedades degenerativas vienen de la alimentación. Su intención no es discutir, pero sí educar, con la paciencia y el tiempo que esto significa; revertir criteriors, prácticos, cómodos, simplistas. Si se desea que mañana el mundo se alimente con alimento orgánico, hay que ir lentamente. Es un trabajo que va a llevar muchísimos años.
Ileana trae rúcula y tomates que acaba de buscar de la huerta. “Si vos ves esto en la verdulería, no lo llevás”, dice Martiniano sosteniendo un tomate machucado. “La gente busca todos perfectos, iguales, del mismo tamaño”. Se ríe. Corta los tomates en rodajas.
Con una madre homeópata, pionera en difundir medicinas alternativas en Quilmes, y un padre dedicado a la política, la familia Molina estuvo siempre vinculada al trabajo social. Pero eso que en Martiniano estaba latente se disparó luego de un momento familiar traumático. A partir de entonces, se acercó a la
antroposofia,(1) una corriente de pensamiento , que postula una vida en armonía con la naturaleza. De allí deriva la corriente pedagógica Waldorf, mediante la cual se busca fomentar la imaginación en los chicos a través de actividades artísticas. Próximo a la casa de Martiniano, funciona
El Jardín de Aurora, una escuela fundada por él, junto con otros padres. “Ahí está la plata que ganó con Casancrem”, se enorgullece.
Hoy Martiniano Molina, habla más como un comunicador que como un cocinero.
http://www.youtube.com/watch?v=EeY2Kaj5onQ
http://www.youtube.com/watch?v=94_zcpjjqHw