
VIVIR LA VIDA
A pasos agigantados, sin parar ni medir las consecuencias. Tropezando con piedras gigantes o pequeñas, exprimiéndola como un limón muy jugoso recién cortado.
Equivocando o no el camino, tomando las curvas a toda velocidad o muy despacio.
Sin saber para donde ir o tal vez no yendo a ningún lado; queriendo estar al amanecer o en el atardecer de un día de verano. Hoy que siento este invierno nevado... no puedo dejar de vivir la vida a tu lado.-
G.D
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