Ubicado junto a la desembocadura del arroyo del mismo nombre, baña su costa el Océano Atlántico.
Cuenta con amplias playas, de varios kilómetros de extensión, de arenas ricas en bancos de almejas y cuyas aguas superan en varios grados a las de otros balnearios. Una larga cadena de médanos, de hasta 30 m. de altura, le otorga cierta espectacularidad al paisaje. Es lugar destacado para los aficionados a la pesca de la corvina negra y rubia, se reúnen aquí anualmente.
El Faro de Claromecó es el más alto de la Argentina y el segundo de Sudamérica.
Tiene 60 metros de altura y su construcción obedeció a la necesidad de tratar de evitar que los buques se aproximen a los bancos arenosos típicos de la zona, que dificultan la navegación costera.
La zona fue en sus orígenes remotos residencia de las tribus Puelches y Moluches, a quienes se les asigna una antiguedad de 13.000 años.

Las excavaciones realizadas han brindado instrumentos de piedra y restos humanos, que denotan la existencia de un cementerio indígena. Esta cantidad y diversidad de elementos hallados revela la presencia de un grupo de residencia permanente que posiblemente realizaba sus cacerías por el litoral marítimo manteniendo su asiento en una toldería ubicada en la ribera del río.
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